CRITICUNDER: POR MATIAS TIMPANI

Por: Matías Timpani (Colaborador)

Calificación: ★★★★★ 

Una familia constituida principalmente por mujeres resecas, “atrofiadas”, sino desviadas emocionalmente en alguna zona de su ánima, reflejan varios juegos: Por un lado la relación “hombre/mujer”, en donde el hermano varón está en notorias desventajas frente a una matriarca que encuentra el ordenamiento de su poder con el ama de llaves (siempre desafiante, hiperbólica) que reorganiza los cuerpos, casi con el mandato que Bernarda Alba impondría a sus hijas, dicha relación, aparece más que jerarquizada, allí, donde domina siempre la mujer por el número y las presencias femeninas, lo que se destaca, es la diferencia. Lo no dicho, lo postergado, y cierto nivel de ausencia emocional.                                      
“El hombre”, ése padre-capitán que distinguía en otro tiempo a la familia, se ha perdido ¿pudiera ser la obra leída como símbolo de una sociedad patriarcal en decadencia? Ya nadie puede ocupar ése lugar, ni siquiera los hombres que vienen desde el afuera, el uno codiciado por varias de las hermanas, extranjero y seductor, tendrá un rol fundamental en la construcción de la trama, pero también, en el juego que se hace respecto de los otros dos personajes masculinos. De uno de ellos vale destacar una notable destreza física, que merece ser mencionada por el tiempo en que es sostenida como atracción o prueba acrobática, sobre una de las columnas que delimitan el espacio.
Es notorio que la obra trabaja con el lenguaje del cómic (sobre todo en lo referente a este último par de personajes) pero refiere más fuertemente a los códigos del cine, los desplazamientos sobre un espacio que se amplifica por el trazado de los cuerpos, se achica o se agranda como si uno tuviera una especie de “zoom” a mano, desde una cámara que no es otra cosa que el espacio por su excelente tratamiento en focos y fondos, y además, por el juego entre apagado/encendido que cambia los cuadros como en los comienzos de la fotografía, y el cine, a partir de aquella secuenciado. Aquí lo plástico remite al montaje fílmico.
Otro de los juegos valiosos de la obra de M. Savignone, es lo humorístico atravesando todo un mundo en profusa extinción (se podría argumentar qué hay “detrás” en varios sentidos) me limito a mencionar la transmutación que abre el paso de la comedia a una intercalación con la tragedia, de un mundo (aún fallecido el patriarca) de mujeres machistas, añejo y desvencijado, pero que también pudiera inscribirse como la metonimia del peor de los fascismos, y esto, luego de habernos reído tanto.

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